El Dr. Michael Backes define los tricomas como “pequeñas almohadillas microscópicas enceradas con aceite resinoso que exudan pequeños pelos glandulares”. Los tricomas se encuentran sobre todo en la superficie de los capítulos florales, también conocidos como botones.
Los tricomas no sólo se encuentran en la planta de cannabis, sino en muchas otras plantas terrestres e incluso en algunas algas. En la planta de cannabis, los tricomas interesan al cultivador y al consumidor en el producto final, como el aceite de CBD. Después de haber visto en detalle su estructura y funciones en la planta, desarrollaremos los diferentes tipos de tricomas y, por último, cómo pueden ayudar a determinar la ventana de cosecha óptima en el cultivo de cannabis.
Como se ha definido anteriormente, los tricomas son una parte esencial de la planta de cannabis. Contienen todas las moléculas de interés fitoterapéutico, para uso médico, de bienestar o social (recreativo). Visualmente, los tricomas son similares a pequeños cristales.
Los fitocannabinoides, así como los terpenos y los aceites esenciales, se sintetizan en estas glándulas durante su maduración. Estos diferentes principios activos son los responsables del potencial medicinal y psicotrópico de la planta de cannabis. Tienen una estructura especialmente frágil y pueden romperse y desprenderse de la flor con mucha facilidad. Por lo tanto, la fricción contra los tricomas debe limitarse tanto durante la cosecha de la planta de cannabis como durante el envasado para no correr el riesgo de evaporación, oxidación o incluso descomposición de los terpenos y cannabinoides.
La mayor concentración de tricomas se encuentra en las flores femeninas no fecundadas de la planta de cannabis, y más concretamente en las brácteas (partes florales en forma de hoja que rodean las flores y las semillas de la planta de cannabis femenina), en comparación con las plantas femeninas fecundadas, las plantas masculinas o las hermafroditas.
Con un microscopio de 40-100 aumentos se puede observar con detalle la anatomía de un tricoma. Consiste en una cabeza resinosa unida al tallo por una zona de abscisión. Por último, durante el cultivo, constituyen la primera línea de defensa de la planta contra insectos, hongos y herbívoros a los que molestará el sabor y la textura grasa de la planta, pero también contra los caprichos del clima antes de la cosecha (sequía, viento, rayos UV, variaciones de temperatura).
Existen diversas variaciones entre los tricomas. En primer lugar, existen diferencias entre las plantas de cannabis Indica y Sativa (artículo Diferencias entre Indica y Sativa). Estas últimas tienen glándulas más finas y alargadas.
En segundo lugar, la forma en que se cultiven también influirá en su tamaño. Las plantas de cannabis cultivadas en exterior necesitan más protección, por lo que sus tricomas están más estresados y serán más pequeños al final de la temporada de cultivo que los cultivados en interior.
Por último, se han identificado dos tipos muy diferentes de tricomas presentes en la misma planta. El primero es el tricoma no glandular, situado principalmente en la parte superior e inferior de la hoja de cannabis. Desempeña la función protectora descrita anteriormente. No contiene ni fitocannabinoides ni terpenos. El segundo es, por el contrario, el tricoma glandular, que es el más interesante para el consumidor. Pasa por tres etapas de crecimiento:
Para determinar con precisión el momento óptimo de la cosecha, denominado “ventana de cosecha”, los cultivadores de cáñamo tendrán en cuenta las características genéticas de la planta, en particular el período de floración, y observarán atentamente el aspecto visual de los tricomas.
Para evaluar su madurez, hay que tener en cuenta la densidad, el tamaño y el color de la cabeza de resina. El primer paso consiste en esperar a que los tricomas glandulares hayan alcanzado su fase de tricomas de tallo. Entonces deberías fijarte en su color:
Por lo tanto, la ventana de cosecha suele ser cuando hay una gran mayoría de tricomas lechosos, todavía algunos tricomas transparentes y hasta un 30% de tricomas ámbar. Cosechar el cáñamo demasiado pronto o demasiado tarde cambiará el sabor de la planta de cannabis, pero también su efecto en el consumidor.
Dependiendo del efecto deseado, algunos cultivadores preferirán cosechar las plantas cuando los tricomas aún sean ligeramente transparentes y, por lo tanto, tengan un alto potencial psicoactivo (alta proporción de THC y CBD), especialmente en el caso de las variedades Indica. Por el contrario, cosechar una planta con una mayoría de tricomas ámbar demasiado tarde tenderá a producir un efecto especialmente sedante. Esto se debe a que la descomposición del THC en CBN (cannabinol) ya ha comenzado. Como recordatorio, esta degradación es un fenómeno natural e inevitable que se acelera con la luz y el calor.
En conclusión, los tricomas, aunque microscópicos, son muy valiosos, tanto para el cultivador como para el consumidor. Permitirán cosechar la planta en el momento óptimo para preservar y aprovechar el potencial médico y psicotrópico del cannabis.