El cannabidiol (CBD) se ha convertido en el cannabinoide más popular en los últimos años, por delante de su primo psicotrópico el THC, con el que no debe confundirse. Puedes encontrarlo en muchas formas: flores, cosméticos, infusiones, aceites o incluso caramelos de CBD.
¿A qué se debe esta locura? ¿Cuáles son las virtudes y beneficios que se atribuyen al CBD?
El CBD se descubrió en 1940, antes que el THC. Fue el primer principio activo que se identificó a partir del cáñamo. Producida naturalmente por la planta, se utilizó por primera vez como medicamento para combatir ciertas epilepsias que afectaban a los niños. Las dosis para la epilepsia son elevadas, a veces superiores a 1000 mg (25mg/kg). Los efectos calmantes del CBD, como el aceite de CBD, evitan que las neuronas que causan las convulsiones se exciten demasiado. Esto hace que sean menos violentos y menos numerosos.
Las propiedades antiepilépticas del CBD también se traducen en un efecto calmante sobre los nervios. El sistema nervioso sirve para transmitir información al cerebro sobre el entorno y sus consecuencias en el organismo. Sin embargo, los nervios también pueden inflamarse. Entonces envían un mensaje doloroso al cerebro de forma anormal, sin ningún vínculo con un estímulo externo. Estos dolores se denominan neuropáticos. El 7% de los europeos están afectados y el 30% padecen enfermedades crónicas. El CBD podría ayudar a hacerlas más llevaderas y a reducir su intensidad.
En determinadas enfermedades como la epilepsia, el Parkinson o la fibromialgia, el CBD parece tener un efecto calmante sobre los músculos. Aún no está claro si se trata de un efecto directo o indirecto. El CBD podría prevenir las contracciones extremas, ya que el sistema endocannabinoide interviene en la regulación del movimiento, al igual que los receptores de serotonina, que también se ven afectados por el CBD. Además, hablaremos de las propiedades del CBD en relación con el dolor, el sueño y el estrés, que pueden influir en la contracción muscular.
El dolor y la inflamación están estrechamente relacionados, por lo que hablaremos de ambos en esta sección. Los estudios realizados demuestran las propiedades antiinflamatorias del CBD. Por eso se están realizando pruebas para detectar enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis reumatoide o la fibromialgia. El dolor es más subjetivo y depende de cómo te sientas. Influyen las experiencias pasadas (de dolor, de cuidados), la educación, el sueño…
El CBD representa una forma de reducir el consumo de fármacos utilizados para controlar el dolor y la inflamación. Los derivados de la morfina utilizados normalmente causan a veces adicción y dependencia. Los antiinflamatorios tienen muchos efectos indeseables. El CBD no tiene carácter adictivo demostrado y sus efectos indeseables son menos peligrosos para la salud (somnolencia, problemas digestivos, sequedad de boca). Puede utilizarse como suplemento o alternativa natural.
El CBD tiene un efecto sobre los receptores de serotonina y dopamina, que están directamente relacionados con la gestión de las emociones y el placer. Dependiendo de la dosis, los efectos calmantes pueden ayudar a las personas que sufren estrés, ansiedad e incluso depresión. El CBD también reduce los efectos secundarios del THC, incluidos los riesgos psiquiátricos (paranoia y neurotoxicidad, especialmente en cerebros en desarrollo). Por lo tanto, hace que el THC terapéutico sea más seguro. Sin embargo, aún se están estudiando las dosis en humanos, en particular para evaluar los efectos a largo plazo del CBD y su asociación con otros fármacos.
El CBD sigue siendo un inhibidor enzimático comparable al pomelo y puede tener un efecto sobre el metabolismo de algunos de los principios activos más sensibles (incluidos algunos antidepresivos). Hable con su médico o farmacéutico sobre la posibilidad de tomar CBD si está recibiendo tratamiento actualmente.
Los efectos del CBD sobre la calidad de los ciclos del sueño son dispares. De hecho, muchas personas afirman dormir mejor cuando toman CBD. Sin embargo, estos informes están probablemente relacionados con las propiedades del CBD sobre el estrés, la ansiedad y el dolor. Aunque el efecto sea indirecto, es bueno tomarlo. El CBD también es utilizado por algunos atletas para aumentar su recuperación. Por este motivo, la Organización Mundial Antidopaje ha retirado el CBD de la lista de sustancias dopantes. El CBD también tiene menos efectos secundarios que otros fármacos utilizados para conciliar el sueño (somníferos) que degradan la calidad del sueño.
El CBD protege los endocannabinoides producidos naturalmente por el organismo, permitiéndoles funcionar durante más tiempo. Tiene propiedades antioxidantes (protectoras de las células) y antiinflamatorias, responsables de muchas enfermedades crónicas. También influye en los receptores de dopamina y serotonina, dos neurotransmisores que se ven afectados en enfermedades como la depresión, el Alzheimer y el Parkinson. Todos estos efectos convierten al CBD en una molécula neuroprotectora. Además, el carácter lipofílico del CBD le ayuda a llegar al cerebro, lo que suele ser un obstáculo para algunas moléculas.