Cambios personales, trabajo estresante, pandemia, problemas de vecindad, niños pequeños, dolor… los trastornos del sueño (abreviados TDS) tienen múltiples causas y afectan a casi uno de cada cinco europeos. Nuestro país es el campeón en cuanto a prescripciones de hipnóticos, así que hagamos balance de lo que el CBD podría hacer por las personas con trastornos del sueño.
En primer lugar, hay que definir qué son los SUD, ya que existen varios tipos. Conocerlos mejor simplifica su gestión. TDS vinculado a patologías psiquiátricas o neurológicas y dolor crónico.
El CBD podría desempeñar un papel complementario en este caso, pero no debería sustituir a un tratamiento existente o a una atención adaptada (como para el resto de los TDS mencionados en este artículo).
Las parasomnias están relacionadas con despertares nocturnos sin alteraciones significativas del sueño ni alteraciones del estado de alerta durante el día. Algunos ejemplos son el sonambulismo, los terrores nocturnos o el bruxismo (rechinar los dientes o apretar la mandíbula).
El CBD podría tener un efecto aquí, pero también habrá que ver las otras consecuencias ligadas a estos TDS (dientes dañados, caídas…).
El disomnio incluye el insomnio de origen psicológico (incapacidad para dormir por la noche), el insomnio de origen externo (llamado insomnio extrínseco, causado por un cambio de entorno, de hábitos, etc.), el TDS ligado al alcohol (que favorece la fragmentación del sueño) o a medicamentos, y la narcolepsia.
En cuanto al famoso insomnio, existen tres tipos: insomnio al inicio del sueño, insomnio para mantener el sueño e insomnio debido al despertar precoz. Más allá de tres semanas, hablamos de insomnio crónico.
El CBD podría desempeñar aquí un papel importante, con el objetivo de normalizar el sueño a través de su aspecto calmante y “relajante”.
El problema nunca ha estado tan de actualidad: la frecuencia de los trastornos del sueño ha aumentado en las últimas décadas. Plantea interrogantes sobre la evolución futura de nuestro estado de salud porque, como veremos más adelante, las consecuencias de los trastornos del sueño son múltiples.
Algunas cifras para poner las cosas en perspectiva:
Los resultados del estudio INSV / MGEN (2020 y 2021 centrado en los efectos del encierro) indican que el 16% de los europeos declaran padecer insomnio y el 17% trastornos del sueño. Existen dolencias más confidenciales: piernas inquietas (4%), apnea del sueño (5%). Esta última, infradiagnosticada, representa un peligro real (sobre todo para el corazón).
Además, se observa que las personas de 55-70 años son las más afectadas, pero todos los grupos de edad lo están. De media, los europeos duermen 7 horas y 10 minutos entre semana y 7 horas y 50 minutos el fin de semana: una cifra en constante descenso desde hace décadas. Cada vez dormimos peor. El 73% de los encuestados afirma despertarse al menos una vez por noche durante unos 30 minutos. Este sueño entrecortado tiene una consecuencia: el 25% admite quedarse dormido durante el día y sentir falta de atención.
Pasamos una media de ⅓ de nuestras vidas durmiendo, y no en vano. Cuando nos falla el sueño, la lista de posibles trastornos es larga:
Efectos sobre el dolor: ¡no dormir puede doler! La falta de sueño puede provocar una mayor sensibilidad al dolor u hormigueo en las extremidades. Soportar molestias o dolores cuando se está cansado puede convertirse en un círculo vicioso: menos sueño y recuperación, más dolor, y así sucesivamente. El CBD tendría una triple acción para romper este círculo vicioso.
Las consecuencias sobre el estado de ánimo: el sueño y el estado de ánimo están lógicamente relacionados. La caída de la moral vinculada a la falta de descanso es uno de los ejemplos más elocuentes. Cuanto menos dormimos, más frágil es nuestra psique. Por tanto, los trabajadores nocturnos están más expuestos al riesgo de depresión.
El ritmo de vida, las pantallas omnipresentes, el encierro, vivir en una gran ciudad, que los niños pequeños no duerman por la noche… ¿Cuál es el denominador común entre estos elementos? El estrés causado. La ansiedad es una de las principales causas de los trastornos del sueño y puede dar lugar a SDD graves, como el insomnio.
En la depresión, también es frecuente observar insomnio de inicio del sueño, insomnio de mantenimiento del sueño y despertares tempranos por la mañana. La depresión estacional (otoño/invierno) suele caracterizarse por la hipersomnia, que también repercute en la calidad de la vigilia y, por tanto, de la vida.
No olvidemos las patologías que causan dolor (endometriosis, artrosis, fibromialgia…), porque ¿Cómo se puede dormir cuando se tiene dolor? Además, las enfermedades crónicas y las consecuencias sociales suelen ir unidas, lo que puede repercutir tanto en el aspecto físico como en el moral.
En primer lugar, hay que señalar que se están realizando muchos estudios sobre el CBD, pero se dispone de pocos tanto en humanos como en CBD aislado (sin THC).
Sin embargo, podemos estar seguros de que los endocannabinoides desempeñan un papel en la regulación del sueño y el CBD tiene un efecto sobre estos receptores.
Podemos comprender intuitivamente que el dolor y la ansiedad también están estrechamente ligados al sueño: una molécula que ayuda a gestionar mejor estas dolencias está destinada a ser beneficiosa para sus noches. Pero la acción del CBD es quizá aún más profunda de lo que parece: podemos observar lo que hace, pero también… lo que no hace.
⅓ de los ancianos (mayores de 65 años), es decir, casi 3,5 millones de personas, consumen regularmente somníferos (benzodiacepinas y fármacos afines).
Sin embargo, estos tratamientos deterioran la calidad del sueño y a menudo se toman mucho después de su límite de prescripción: la duración máxima teórica es de 30 días… mientras que la media real es de 7 meses. Esto expone al consumidor a la adicción y la dependencia (que no existen con el CBD).
La mitad de estos tratamientos serían inadecuados. Sin embargo, como hemos visto, el sueño de los europeos sigue deteriorándose, lo que demuestra que existe una necesidad real de alternativas blandas. ¿Y si la solución fuera el CBD?
El CBD es beneficioso simultáneamente para el cuerpo y la mente, alivia y hace más soportable la sensación dolorosa. El efecto es, por tanto, múltiple: puede ayudar a crear un ritual antes de dormir. Tomar CBD se convierte en una zona tampón antes de acostarse. Piensas en tu sueño, en tu bienestar… En resumen, te tomas tiempo para ti.
Un dolor que no arrastras como una bola y una cadena todo el día, que no te molesta por la noche, que no retrasa la hora de acostarte, una mente calmada, un ritual antes de ir a dormir, un compuesto natural… ¡tantas razones para probar el CBD y por fin pasar una buena noche!