Seguramente habrá oído que los productos elaborados con extractos de cáñamo aportan verdaderos beneficios tanto al cuerpo como a la mente. El cáñamo está compuesto por 2 moléculas principales: THC por un lado y CBD por otro.
De acuerdo con la legislación espñaola sobre el cannabis, el primer componente (THC) está prohibido debido al efecto adictivo y psicoactivo que provoca, perjudicando así la salud. Por lo tanto, está estrictamente prohibido tomar productos que contengan más de un 0,2% de esta sustancia.
Al segundo componente principal del cannabis, el cannabinoide (o CBD), se le atribuyen numerosas propiedades medicinales, por lo que se considera que tiene propiedades terapéuticas.
Para entender el efecto séquito, es esencial conocer los componentes de la planta de cannabis. El cáñamo contiene otras moléculas (cannabinoides), incluidos aromas (o terpenos).
Cada uno de estos componentes o cepas es diferente y genera un efecto muy distinto en la persona que consume los productos de CBD. Estas maravillosas combinaciones se consiguen gracias a la acción de 2 elementos que componen la planta de cannabis, a saber, los cannabinoides y los terpenos.
Los cannabinoides son un grupo de sustancias activas naturales contenidas en el cannabis que actúan sobre las células de nuestro organismo. Una de estas sustancias es psicotrópica, el THC, cuyo consumo y venta es ilegal por encima del 0,2% en el producto acabado.
Según cientos de estudios científicos, otros componentes de las plantas de cáñamo tienen efectos psicoactivos beneficiosos, como el CBD, el CBG, el CBN, el CBC, etc.
Los terpenos son los principales responsables de los aromas presentes en diversas plantas, incluido el cáñamo.
Su función es proteger la planta y conferirle una especificidad única en cuanto a sabores. Y debido a su potencia, estos terpenos también tienen efectos terapéuticos potenciales (propiedades antiinflamatorias, antienvejecimiento, etc.).
Así pues, estas variedades de elementos (cannabinoides y terpenos) presentes en el cannabis trabajan conjuntamente para proporcionar el efecto séquito.
Cabe destacar que el consumo de derivados del CBD no provoca efectos secundarios ni efectos indeseables en el organismo y el sistema nervioso, a diferencia de los narcóticos que contienen sustancias psicotrópicas.
El consumo de productos de CBD que contienen todas las moléculas activas del cáñamo (al menos los terpenos y los cannabinoides) permite, por tanto, aprovechar el efecto séquito y sería así adecuado para calmar las náuseas, los vómitos y los dolores crónicos de los pacientes que padecen la enfermedad de Parkinson, epilepsia, esquizofrenia o esclerosis múltiple.
Actualmente, las empresas farmacéuticas están utilizando el CBD como uno de los ingredientes principales de algunos de sus productos cosméticos debido a los beneficios que se dice que ofrece. Entre estos productos cosméticos se encuentran las cremas a base de aceite de cáñamo que actúan sobre la elasticidad de la piel y ayudan a combatir las estrías, las irritaciones y las rojeces.
Además de sus propiedades hidratantes, estas cremas también son auténticos productos antiedad, que permiten al usuario prevenir las arrugas y los signos del envejecimiento. ¡El efecto séquito, que proporcionan los productos a base de CBD, ofrece así muchas ventajas a los consumidores y seguidores de estos productos extraídos del cáñamo!
Además de las diversas propiedades mencionadas anteriormente, se dice que los derivados del CBD tienen un efecto calmante y, al mismo tiempo, favorecen el sueño. En caso de insomnio crónico o estrés, estos productos son el mejor aliado para remediar el problema gracias al efecto envolvente que ofrecen.